Otro amigo de Franco llegó un día, junto con su novia, desde la maravillosa tierra de Liguria.
Se llamaba Massimo y era un hombre de
buen espíritu, un alma buscando, como era yo.
Pues, mas o menos, porque de verdad, cada uno de nosotros, tiene su propria
busqueda y todas son diferentes, sino que de pronto llegan desde una matriz
comun.
Él manejaba
algunos libros de Carlos Castaneda. Eran tres
libros.
Caí en amor con los tres libros. En ellos se
hablaba de la iniciación de un joven intelectual occidental por un brujo indio, en algún lugar de las montañas de
la Sierra Madre de México.
Estos Indios se llamaban Huicholes, que quiere decir "La gente caminando con los dioses" porque así
se sienten a través de la ingesta de un champiñon
verde, llamado
peyote, que contiene una gran cantidad de mescalina, un
alucinógeno poderoso.
Pasamos mucho tiempo, hablando de estos libros y planeamos irnos
a Mexico juntos.
Él también me habló sobre un libro que el conocía muy bien: las puertas de la percepción de Aldous
Axley.
Pero me dijo que nunca quiso tomar LSD,una sustancia química, y como tal, él no confíava en élla, puesto que solo le gustaban las cosas
naturales. Él quería ir a la tierra
desértica del centro de México, donde los hongos crecieban.
Puede ser que sea gracias a Massimo si nunca quise probar
LSD u otras cosas químicas que en aquellos tiempos s'encuentraban
con facilidad en Londres. Cuando llegó la primavera decidí buscar otro trabajo.